Colección: El llamado del agua

Encontré paz en las montañas bañadas por el sol. Vigor al sentir el agua fresca salpicar mis pies descalzos. Coraje en las frías noches, solo en mi tienda, mientras el viento aullaba y azotaba los árboles hasta el amanecer. Perseverancia al arrastrar mi carrito lleno de pinturas y pinceles sobre rocas y arena, entre árboles y alrededor de peñascos, sin parar hasta encontrar el lugar perfecto. Aunque corría hacia la puesta de sol, la presión se sentía ingrávida, pues no tenía a nadie a quien rendirle cuentas excepto a mí mismo. Las montañas eran amables y alentadoras, y el agua me invitaba a jugar, a refrescarme, a reiniciarme. Encontré equilibrio entre los árboles, confianza en la brisa, esperanza en los destellos del sol danzando sobre el agua y magia dentro de mí. Siempre tuve el poder de cambiar mi vida. De luchar por mí mismo. De forjar mi propio camino y descubrirlo sobre la marcha. Solo necesitaba un pequeño empujón, un recordatorio de la Madre Naturaleza. Un reinicio. Esta colección de obras no tiene sujetos humanos. Refleja la relación entre el espectador y la naturaleza misma. El mágico y ancestral vínculo entre el ser humano y la tierra. Cada cuadro contiene arena de la playa, agua de los lagos y susurros del viento, todo encapsulado en cada capa de pintura. Al contemplar cada cuadro, pregúntate: ¿qué te evoca el agua?